La historia de la innovación está llena de ejemplos que causan daños no deseados. Como dijo el teórico cultural Paul Virilio: «Cuando inventas el barco, también inventas el naufragio».
Afortunadamente no ha sido el caso de las alarmas de humo, pero cuidado, si no evolucionan, corremos riesgos y dejarán de cumplir correctamente su función, pues hoy sabemos que muchas colapsan o sencillamente no funcionan.
En el panorama actual y en relación con las alarmas de humo o detectores domésticos nos encontramos en un momento donde los conocimientos adquiridos con los nuevos estudios y ensayos sobre el fuego y humo en conexión con las viviendas, evidencian un comportamiento más agresivo del humo y una velocidad de propagación mayor. En definitiva, una evolución del incendio que nos advierte la necesidad de dotarnos de mejores herramientas para su detección, ya que un mal posicionamiento o una falta de protección de los sensores los dejará inhabilitados sin apenas tiempo para avisarnos.
Como bomberos y especialistas en alarmas de humo estamos evidenciando los fallos de la detección tradicional y la necesaria evolución para que se implementen de una forma correcta, aprendiendo de los errores y aportando soluciones facilitadoras.
Para los más técnicos aportamos los siguientes datos, poniendo en evidencia algunas de las razones más importantes y necesarias para evolucionar. Evolución que pedimos para las alarmas domésticas, donde gigantes tecnológicos y fabricantes tendrán que tener en cuenta.
1) La evolución de un incendio actual es más rápida en las casas actuales que en las antiguas, hemos pasado de 17 minutos a escasos 3 minutos debido a dos factores: materiales y estanqueidad de las viviendas. Esto provoca alcanzar temperaturas en los techos de más de 80 º C (176º F) en menos de 1 minuto y continúan aumentando de manera exponencial hasta los 700º C (1292 º F).
2) Los sensores fotoeléctricos por muy tecnológicos que sean funcionan en un rango de -10 º C (14ºF) a 50ºC (122ºF).
Por todos esos motivos es necesario proteger los sensores en un plano algo inferior. Hay que ubicarlos sin instalación, en los dinteles de las puertas, ya que es el paso natural y progresión del temido humo de incendio. Cualquier Bombero sabe que la puerta es la clave.
DTM presenta una configuración y un diseño persuasivo, fácil de usar. No podemos ser esclavos de nuestras tecnologías y nos corresponde dejar de pensar si estarán bien o mal instaladas nuestras alarmas. Las compañías tecnológicas tienen que implementar estas nuevas reivindicaciones para ayudar a la sociedad. Ahora es nuestro turno como usuarios, sencillamente abróchense el cinturón.
Equipo DTM